Hace un mes nuestra organización Vientos de Libertad-MTE trabaja con mucho esfuerzo en el barrio Villa Fiorito, Lomas de Zamora. Entendemos desde nuestro abordaje integral de atención y acompañamiento comunitario, que la problemática de consumo de drogas, tan presente en este territorio como en muchos otros barrios populares no está disociada del contexto social y político. Es por eso que nuestro análisis de la problemática implica contar con un espacio que se encuentre en el mismo barrio donde se interviene territorialmente y luchamos por esto.

Desde el martes 24 de julio comenzamos a llevar a cabo en Larrazábal y Camino de la Rivera Sud tareas y actividades socio-comunitarias junto con los pibes que vienen de nuestras casas terapéuticas y que están llevando a cabo sus tratamientos, dando respuesta a las necesidades que el mismo barrio refiere. Entendemos que esta coyuntura en la que nos encontramos, de brutal ajuste económico y recrudecimiento represivo al pueblo trabajador, repercute directamente en los contextos más vulnerables, afianzando la disponibilidad de sustancias, la creciente exclusión social, el avasallamiento de derechos, y la creciente estigmatización hacia los pibes.

El presupuesto destinado para políticas públicas es escaso y es evidente la falta de propuesta de atención integral. Sostenemos con convicción que toda transformacion social vendrá desde la organización colectiva, es por esto que venimos participando de mesas de trabajo conjuntas, en articulación con otras organizaciones barriales, con el objetivo de poder construir y fortalecer redes comunitarias y de potenciar recursos ya existentes en el territorio. Consideramos imprescindible trabajar con los mismos vecinos y vecinas quienes conviven día a día con la realidad del barrio.

Cómo movimiento social seguimos gritando junto a los excluidos la imperiosa necesidad de contar con una ley de emergencia en adicciones que garantice una mayor presencia de organizaciones sociales en los barrios y que permita contar con equipos de trabajo aptos para abordar la problemática en su complejidad.

Seguiremos exigiendo al Estado que cumpla su rol y que responda a través de políticas públicas que contemplen esta emergencia. Las pibas y los pibes de nuestras barriadas se siguen muriendo mientras ellos en sus cargos políticos debaten tranquilos y cómodos en sus recintos.

¡NINGÚN PIBE Y NINGUNA PIBA MENOS POR LA DROGA!