Las inundaciones y el abandono del Estado golpean fuerte a la economía popular en Corrientes, donde las precipitaciones extras combinadas con el inequitativo reparto de la tierra y las destrucción de los humedales – reguladores naturales que amortiguan los eventos extremos – tiene consecuencias críticas sobre los sectores más humildes.

En lo que va del 2017 ya llovieron 2000 mm, cuando lo normal es 1200 mm para todo un año. Caminos destruidos, puentes derrumbados en rutas nacionales y parajes aislados, configuran un cuadro dramático de lo que es hoy la peor inundación en 40 años.

El ejército y la iglesia son los actores centrales en la asistencia a los afectados ante un Estado Nacional y Provincial ausente e incompetente.

1500 familias evacuadas en centros de evacuación, las ciudades de San Luis del Palmar, Loma de Vallejos, Loreto, Itá Ibaté, Berón de Astrada, Palmar Grande y Herlitzka llevan 40 días anegadas. 8.000 familias campesinas directamente afectadas han perdido ya más de 60 mil vacas, sus únicos y escasos bienes. Las chacras también están arruinadas, entre zonas de pastaje y agricultura hay 2 millones de hectáreas afectadas.

Un relevamiento propio realizado por el MTE de Corrientes determinó que 190 integrantes de la Federación Campesina Guaraní de Corrientes están auto-evacuados en casas de familiares y/o tuvieron una fuerte afectación a sus viviendas en los Municipios de Mercedes, Lavalle, San Luis del Palmar, Lomas de Vallejo, Ituzaingo, Tatacua, Concepción, San Miguel y Loreto.

De ellos ninguno ha recibido asistencia por parte del Estado Nacional, Provincial o Municipal, una realidad que se repite en numerosas familias. ¡EXIGIMOS RESPUESTA!

NINGÚN CAMPESINO SIN TIERRA

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